

El sillón CH25, como muchos otros diseños icónicos de Hans J. Wegner, es ambicioso y audaz en su forma escultórica. Sin embargo, también causó revuelo con sus materiales. La elección de Wegner del cordón de papel tejido, un material de sustitución en tiempo de guerra, para el asiento y el respaldo era algo inaudito en ese momento. Pero a Wegner le gustó el aspecto y la durabilidad del material, y también lo han hecho generaciones de sus fanáticos.
Un artesano experto necesita 10 horas para completar el asiento y el respaldo con la mano, utilizando unos 400 metros de cable de papel y una técnica de tejido doble que crea un patrón único. El resultado sorprendente de este proceso detallado es un sillón único que es igualmente hermoso e inspirador desde todos los ángulos.
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